Quisiera acompañarte... Sin embargo, me
da miedo.
¿Qué es lo que tengo que hacer para olvidar mis miedos y enfrentarme a ellos?
¿Es, en verdad, miedo lo que siento? ¿¡Por qué!?
Sin rodeos te lo diría -Te acompañaría- aunque luego vendría el pero... -...pero tengo quehacer y esperar a alguien- Estuve leyendo, lo de hace años y recordé no muy de buena manera, que lo que vivía era un infierno y recordé, amigo querido, porqué amo tanto al viento, la neblina y la soledad en Invierno. El frío, ése que te cala los huesos, me hacía tiritar obviamente y entonces me ocupaba sólo de ello: el frío. No pensaba en las veces en que sola, en mi mente, me embriagaba hasta borrarme.... pero eso nunca sucedió en verdad. La verdad, no sé cómo soporté tanto, no tengo la menor idea de cómo aguanté años de silencio, ahogándome solita las penas, ahora que lo pienso, llego a admirarlo... Habían días en que recordaba su olor - suelo asociar momentos con aromas - y yo me acordaba de ese día, fue lo peor, hubiese deseado no sentir aquéllo que aún siento... Me doy asco por ello, recuerdo unos gemidos ahogados para no despertar a la abuelita... Fue horrible
-Quiero sentir dolor….Quiero sentir dolor…No siento nada - la oyó gritar desesperada, parecía poseída. Recordó el miedo que sintió al verla caminando por la orilla de la calle de noche ya, parecía ida, como si su cuerpo fuese eso, sólo un cuerpo. Intentó abrazarla pero la chica fue más rápida y corrió hacia la calle.
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-no siento nada- la vio llorar, agarrándose los cabellos.
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La persiguió por entre los vehículos que pasaban a gran velocidad, sin embargo, más que acercarse a ella parecía alejarse cada vez más… la oscuridad de la noche y el centellante reflejo de las luces de los autos no le facilitaban en nada el poder seguirla…
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La vio posarse en medio de la calle y extender los brazos, casi rendida. Solo en ese momento comprendió que la muchacha a la que consideraba su hermana, había desaparecido por completo, ya nada quedaba de esa chica valiente, era sólo el eco desgastado… la observó tenia la vista perdida, como si no estuviese presente, como si estuviese en cualquier otro lugar del planeta…ella extendió aún más sus brazos, mientras esperaba que algún auto se dignase a atropellarla.
Eso, eso era lo que quería, infringirme daño, cortarme, arañarme, hacer cualquier cosa por sentir dolor... Pero algo dentro de mí intentaba consolarme, diciendo que todo estaba bien... Pero
no era así.
Muchas veces intenté gritarles a todos lo que pasaba y cuando lo hice, todo se fue a la mierda. Nada ha vuelto a ser como antes, pareciera que cargaba con una bomba y mi familia era Hiroshima y Nagasaki. Me sentía atada de manos... cómo lograría decirlo, mi mundo de mentiras se vendría abajo y así sucedió...
De Aquí no me sacas....
