martes, 20 de septiembre de 2016

Se apagará la llama en tus ojos y la vitalidad de tu cuerpo en cada acción, ya no será tu voz la que hipnotice mis oídos, ya no serán tus manos las que quiera tocar y se convertirán en piedras tus ojos, serán ponzoñosas tus palabras y tu piel se secará.

Sin embargo, ¡vuelve tú a florecer! Nunca es tarde para la flor volver a renacer, siempre queda un último aliento, un resto de vida en todos nosotros.
Revive.
Renace.
Florece otra vez para mí.

Que tu piel vuelva a ser tersa, si no, lo más suave que pueda volver a ser. Que vuelva la llama ardiente a conquistar tus ojos, que vuelva tu voz, apasionada, a hipnotizar a la gente como cantos de sirena, que sean tus brazos a los que quiera volver y que vuelva tu vida a nacer dentro de ti.

No dejes nunca que otros se apoderen de tu floración, no permitas que te arrebaten la vida y seas opacado por otra flor que en cada primavera vuelve a florecer. No existe aquella más bella que la exótica o especial, no importa si no estás radiante a cada primavera si cuando lo haces brillas más que las otras, hueles mejor que las otras y tu belleza hace a otras más hermosas.

Vuelve tú a florecer, no importa cuántas veces, pero no mueras ni dejes que te maten.
Otras buscarán ser más bonitas que tú y estar lindas mucho más tiempo que tú, lo que no saben es que todos tenemos nuestro tiempo y el tuyo... Está por comenzar.

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