lunes, 10 de octubre de 2016

No todas las historias llevan título

Estoy un poco –muy– resfriada, es por eso que en un momento cuando cerré los ojos, lo único que pude ver fue azul, un azul claro y brillante en forma de media luna. Pensé "el azul es el color favorito de los locos", eso que leí una vez. No está mal, al menos para mí, ser fan del azul. No debemos dejar que las cosas que digan afecten nuestras opiniones (a menos que vengan bien justificadas, pero creo que no aplica a los colores). Aparte, ¿a quién no le gustaría el azul? Es un color hermoso, hay días en que llevo sólo ese color (incluso ahora, el pijama que llevo puesto es completamente azul)

Estaba leyendo Química y Nicotina y llegué a la parte en que dice: "los escritores en cambio sólo quieren contarte una historia" y pensé: es exactamente lo que yo quiero, contarte una historia, siempre. Me encontraba pensando en eso cuando otro pensamiento asaltó mi mente "¿podré alguna vez crear historias interesantes, en una conversación, para ti, mantener tu atención y que tengan un buen inicio, desarrollo y final? Creo que no soy muy buena en la oratoria... Y quizás cómo seré escribiendo, aunque tal vez a todos nos gusta cómo escribimos, de otra forma no lo haríamos (aunque siempre tenemos la oportunidad de reírnos de cómo escribíamos años atrás, es una vergüenza y una risa instantánea leer las tonterías que pensábamos ayer)

Sinceramente no sé qué pensar, ¿espero realmente tener a alguien a mi lado? ¿Le contaría, entonces, algún tipo de historia? Me acuerdo que cuando era chica (como entre 9 y 12 años) e inventaba historias mientras hablaba, me ponía a bostezar y me lagrimeaban los ojos y siempre pensé que eso pasaba porque mi mente decía "deja de mentir, no inventes historias"...  Tal vez yo misma tenga la culpa de tener mala oratoria y una imaginación coartada.

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