martes, 21 de marzo de 2017

No es un secreto que me gustas, ya hasta te lo dije a ti.
A veces pienso en la necesidad de sincerarme pero de frente, cara a cara, aunque pienso en ese momento y es como si no existiera: no podría hacerlo, me da demasiada vergüenza.

Cuando me enteré que te gusta una niña de mi generación algo dentro de mí se revolvió: con el inevitable deseo de ser yo y, a la vez, con la desesperante sensación de que sea otra niña y pensando "claro, seguramente una niña más linda, una niña más inteligente, más delgada, más bacán, más acorde a ti...".

Como pasa conmigo siempre, le he dado muchas vueltas al asunto y hasta he pensado en quien podría ser: la que se ve como la más matea, quizá alguna de tus alumnas el año pasado, quizás una niña alta y muy linda o quizás una más pequeña pero igual de hermosa....

No sé realmente si quiero saber quién te gusta, porque por un lado muero por saber quién ocupa tus pensamientos como tú los míos pero por otro no creo que soportaría saber que no soy yo, porque claro, cuando eres insegura y con una autoestima deficiente como la mía, la protagonista de las cosas buenas jamás soy yo, sino otra persona con más talento, belleza y/o cualquier otro atributo.

Yo sé que debería dejar de pensar así, pero no logro encontrar el camino hacia la aceptación y, por tanto, hacia la seguridad. A veces pienso en algo malo y logro pensarlo como una experiencia, como algo bueno por lo que debía pasar, pero cuando un rato después vuelvo a pensarlo, no logro internalizar esa buena reflexión y continúo en la mala.

¿En quién piensas, querido? ¿Quién roba tus miradas? ¿Y si fuera yo... Lograría aceptarlo?

No hay comentarios: